Hola, volvemos esta semana con otra colaboración. Tenemos más consejitos para limpiar nuestros hogares. De nuevo nuestros amigos de Limpieza Express nos ayudan en ello. Acá les dejo unos truquitos que nos dan para poder limpiar el hollín en nuestras casas y no morir en el intento.
Limpiar el hollín de la chimenea
El hollín es una sustancia compuesta en su mayoría por carbón que
adquiere la forma de pequeñas partículas sólidas en la combustión parcial de un
objeto o material. Su aspecto negruzco se asimila al de la ceniza, sin embargo
en este caso tiende a ser más oscuro aún y alcanza un tamaño en torno a los 100 manómetros y 5 micras.
Es fácil encontrar estas partículas alrededor de chimeneas, calderas,
estufas, motores de diésel y cualquier otro elemento de combustión. Su pequeño
tamaño y toxicidad, hacen de éste un peligroso elemento, siempre que sea
respirado en grandes cantidades. Sus
partículas pueden atravesar las paredes de los alvéolos en los pulmones y
entrar directamente al riego sanguíneo.
Limpiar el hollín es una tarea complicada, se
esparce por todas partes y al final es probable que lo encuentres en cualquier
rincón de tu casa. Sus manchas, al contrario de lo que muchos piensan, no se
limpian con productos de limpieza “líquidos”. Estos no hacen otra cosa
que adherir aún más la mancha de carbono. Para poder obtener un buen resultado
es necesario recurrir a la limpieza en seco, que hará que las partículas se
desprendan.
Antes de ponernos a limpiar una zona
manchada con hollín, debemos de anticiparnos tapando las superficies que
se encuentran próximas a la mancha con plásticos o papel de periódico. De este
modo, no solo limpiaremos la mancha sino que estaremos preservando los
alrededores para que el hollín no llegue hasta allí. Si es posible, deberíamos
usar guantes, gafas y mascarilla de uso específico para el polvo, de venta en
ferreterías o tiendas de limpieza.
Limpieza del hollín: ayúdate de los filtros HEPA
En la limpieza del hollín lo primero que debemos
de realizar es un aspirado profundo con una aspiradora que cuente con un
filtro HEPA. Estas recogerán más partículas que una con un filtro tradicional.
Para limpiar pequeñas zonas, podemos servirnos de
sal de mesa (no gorda) para cubrir el área manchada. Tras 15 minutos en reposo,
ésta se mezclará con el hollín y podremos absorber ambas cosas de manera rápida
y uniforme.
En zonas grandes, lo mejor será usar bayetas de
algodón, esponjas y trapos siempre sin mojar ni humedecer, para que atrapen las
partículas sin expandirlas. Si quieres que el resultado sea más rápido y eficaz
puedes usar esponjas y estropajos destinados a este uso en concreto y que
venden en tiendas especializadas. Recuerda que es fundamental cambiar la
esponja cuando esté negruzca y darle la vuelta para aprovecharla al máximo.
Cuando hayamos acabado con la limpieza de la
mayor parte del hollín, tras el aspirado y cepillado. Es el momento de comenzar
con la limpieza líquida de la parte que queda. Con un limpiador cítrico soluble
en agua y desengrasante comenzaremos a rociar la superficie. Posteriormente,
frotaremos con un cepillo de cerdas duras. Debes de tener en cuenta la
superficie a tratar ya que es preciso el uso de un cepillo de cerdas más o
menos duras en función de la resistencia del material.
Si estos trucos te han servido de ayuda pero aún quedan restos o si por el contrario quieres dejar este tipo de limpiezas engorrosas en manos de un profesional, recurre a los servicios de Limpiezas Express, una empresa con años de experiencia en la limpieza del hogar, solicita tu presupuesto de limpieza personalizado.
Espero os sirva para por fin deshacernos de ese tan odiado hollín.
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